Normas ISO

5 errores comunes al documentar procedimientos de las normas ISO (y cómo evitarlos)

5 errores comunes al documentar procedimientos de las normas ISO (y cómo evitarlos)


Introducción a la documentación ISO

Uno de los pilares fundamentales de cualquier sistema de gestión basado en normas ISO —ya sea ISO 9001, ISO 14001, ISO 45001, ISO 22000, entre otras— es la documentación de procedimientos. Estos documentos no son simples papeles que se guardan para cumplir con una auditoría, sino herramientas vivas que estructuran cómo se trabaja, se controla y se mejora dentro de una organización.

Documentar un procedimiento correctamente permite:

  • Establecer una secuencia clara de actividades.
  • Asignar responsabilidades.
  • Controlar puntos críticos.
  • Cumplir con requisitos legales o normativos.
  • Generar trazabilidad y evidencia objetiva.

Pero documentar mal puede tener el efecto contrario: crear confusión, retrabajos, incumplimientos e incluso no conformidades en auditorías. Por eso, es esencial conocer los errores más frecuentes y cómo evitarlos.


Error 1: Redactar procedimientos demasiado complejos

Uno de los errores más comunes al documentar procedimientos ISO es convertirlos en documentos extensos, enredados y llenos de tecnicismos innecesarios. Esto ocurre con frecuencia cuando se cree erróneamente que un buen procedimiento debe ser largo, formal y contener absolutamente todo lo relacionado al proceso.

Consecuencias de la documentación excesiva

Cuando un procedimiento es demasiado complejo:

  • El personal no lo entiende ni lo aplica.
  • Nadie quiere leerlo (ni siquiera el auditor).
  • La capacitación se vuelve más difícil.
  • Se generan interpretaciones incorrectas.
  • Se pierde tiempo en burocracia sin valor añadido.

Además, al momento de una auditoría, el auditor puede detectar una desalineación entre lo documentado y lo ejecutado, ya que los empleados suelen operar de forma distinta a lo que dice el procedimiento “teórico”.

Cómo redactar de forma clara, simple y útil

Un buen procedimiento debe ser:

  • Claro: usar un lenguaje directo, sin ambigüedades.
  • Breve: enfocarse solo en lo necesario.
  • Visual: incluir diagramas de flujo, tablas o checklists si ayuda a la comprensión.
  • Útil: orientado a quien lo va a usar, no a quien lo escribe.

Recomendaciones prácticas:

  • Escribe frases cortas y en voz activa.
  • Usa verbos de acción: “Registrar”, “Aprobar”, “Verificar”.
  • Evita duplicar información que ya existe en otros documentos.
  • Incluye solo actividades que realmente se ejecutan.

Un procedimiento ISO no tiene que ser elegante; tiene que ser funcional.


Error 2: Documentar procesos irreales o inexactos

Este error ocurre cuando los procedimientos se redactan desde un escritorio, sin consultar a quienes realmente ejecutan el proceso. Es decir, se describe cómo se supone que deberían hacerse las cosas, pero no cómo se hacen en la práctica.

El riesgo de escribir lo que “debería ser” en lugar de lo que realmente sucede

Este tipo de documentación “idealizada” genera múltiples problemas:

  • Los empleados desconocen el contenido del procedimiento o no lo consideran útil.
  • Se crean documentos desconectados de la operación diaria.
  • Se incrementa el riesgo de no conformidades en auditorías, ya que el auditor detectará una brecha entre lo escrito y lo evidenciado.
  • Se obstaculiza la mejora continua, porque no se parte de la realidad del proceso.

Por ejemplo, si el procedimiento dice que se hacen tres controles de calidad por turno, pero en realidad solo se hace uno, el documento pierde validez y puede poner en jaque la confiabilidad del sistema.

La importancia de validar con el personal operativo

Para evitar este error, es fundamental:

  • Incluir a los responsables del proceso en la redacción del procedimiento.
  • Validar cada paso con quienes lo ejecutan.
  • Observar el proceso real antes de documentar.
  • Actualizar el documento cada vez que cambie una condición operativa.

Una buena práctica es realizar talleres de mapeo y revisión, donde operarios, supervisores y personal de calidad construyan juntos el procedimiento, asegurando que refleje la realidad, pero también incorporando mejoras.

Así, el procedimiento se convierte en una herramienta legítima, que orienta, ordena y representa fielmente lo que sucede en la organización.

Error 3: No definir responsables y roles específicos

Uno de los pilares de un procedimiento bien documentado es que cada actividad tenga asignado un responsable claro. Sin embargo, muchas organizaciones caen en el error de redactar procedimientos donde las acciones no están asignadas a personas o puestos específicos, generando ambigüedad y falta de control.

Ambigüedad en las tareas y toma de decisiones

Cuando no se definen responsables:

  • Las tareas pueden quedar sin ejecutar.
  • Las actividades se duplican o se omiten.
  • Nadie asume la responsabilidad en caso de error.
  • Se dificulta la supervisión y la evaluación del desempeño.

Frases como “se deberá realizar…” o “alguien del área correspondiente se encargará…” son señales claras de ambigüedad. Un buen procedimiento debe decir con claridad quién hace qué, cuándo y cómo.

Por ejemplo, no basta con decir “el documento se aprueba”, sino “el Responsable del Departamento de Calidad aprueba el documento”.

Cómo asignar responsabilidades claramente en un procedimiento

Para evitar este error:

  • Usa nombres de puestos o roles, no de personas.
  • Define responsables principales y alternos si aplica.
  • Incluye una sección de responsabilidades por etapa.
  • Usa herramientas como RACI para clarificar roles (Responsable, Aprobador, Consultado, Informado).

Además, es muy útil representar gráficamente los responsables en los flujos de proceso, por medio de “swimlanes” o carriles que muestran qué actividad realiza cada actor.

Una documentación con responsabilidades bien definidas fortalece el sistema de gestión, ya que:

  • Aumenta la trazabilidad.
  • Facilita la capacitación.
  • Mejora la rendición de cuentas.

Error 4: Omitir controles de versión y actualización

Otro error frecuente —y muy grave desde el punto de vista normativo— es no llevar un control adecuado de las versiones de los procedimientos, lo que puede generar confusión, uso de documentos obsoletos y falta de trazabilidad documental.

Por qué es crítico el control documental en ISO

Las normas ISO, especialmente ISO 9001 en su cláusula 7.5, exigen que la organización controle:

  • La identificación de los documentos.
  • Las versiones vigentes.
  • La distribución controlada.
  • La protección contra pérdida o uso no intencionado.

Cuando este control falla, los riesgos son altos:

  • El personal puede aplicar procedimientos desactualizados.
  • Las auditorías pueden detectar documentos sin vigencia clara.
  • Se pierde el rastro de quién cambió qué y por qué.

Esto no solo debilita el sistema, sino que puede derivar en no conformidades mayores.

Buenas prácticas para mantener procedimientos actualizados

  • Incluye siempre un código o clave de identificación única.
  • Registra la versión, fecha de emisión y autor en cada documento.
  • Mantén una tabla de cambios (historial de revisiones).
  • Define una frecuencia de revisión periódica (por ejemplo, cada 12 meses).
  • Asegura que solo la versión vigente esté disponible para su uso.
  • Usa sistemas digitales con control de versiones si es posible.

Un sistema de control documental robusto asegura que todos trabajen con la información correcta, en el momento correcto, alineando la operación con los requisitos del sistema ISO.


Error 5: No vincular los procedimientos con riesgos, objetivos e indicadores

Uno de los enfoques más importantes de las normas ISO actuales es el pensamiento basado en riesgos y la mejora continua. Sin embargo, muchos procedimientos se documentan de forma aislada, sin conexión con los riesgos del proceso, los objetivos estratégicos o los indicadores de desempeño.

Procedimientos aislados vs. procedimientos gestionados

Un procedimiento aislado:

  • Se usa solo para auditorías.
  • No tiene relación con los resultados del proceso.
  • No considera escenarios de desviación o fallas.
  • No contribuye activamente a la mejora.

Por el contrario, un procedimiento bien gestionado:

  • Contempla los riesgos clave y cómo mitigarlos.
  • Describe cómo se miden los resultados del proceso.
  • Está alineado con los objetivos del sistema de gestión.
  • Incluye qué hacer ante desviaciones (acciones correctivas).

Cómo conectar los documentos con el sistema de gestión

  • Al redactar cada procedimiento, identifica los riesgos del proceso y cómo se controlan.
  • Relaciona el procedimiento con los indicadores de desempeño del área.
  • Asegúrate de que las actividades descritas ayuden a cumplir los objetivos de calidad, seguridad, ambiente o inocuidad.
  • Incluye referencias cruzadas con otros documentos: instructivos, formularios, políticas, etc.

Así, cada procedimiento se convierte en una herramienta que impulsa los resultados y no solo en una formalidad documental.

Consejos para una documentación ISO eficaz

Evitar los errores descritos anteriormente no solo mejora la calidad de la documentación, sino que fortalece todo el sistema de gestión. A continuación, algunos consejos prácticos para lograr procedimientos ISO realmente útiles y sostenibles:

Participación del personal

Uno de los factores más importantes para lograr documentación eficaz es involucrar a quienes ejecutan los procesos. Esto permite:

  • Reflejar la realidad operativa.
  • Aumentar la aceptación y el cumplimiento.
  • Detectar mejoras desde la práctica.
  • Evitar documentos teóricos o desconectados.

El enfoque participativo también fomenta el compromiso con la calidad y la mejora continua.

Uso de formatos estandarizados

Contar con un formato común para todos los procedimientos aporta uniformidad y claridad. Un buen formato debería incluir:

  • Código del documento.
  • Título del procedimiento.
  • Versión y fecha de emisión.
  • Objetivo y alcance.
  • Glosario o definiciones clave.
  • Responsabilidades.
  • Descripción del procedimiento (paso a paso o en flujograma).
  • Anexos, registros o referencias asociadas.

Esto facilita la comprensión, agiliza auditorías y evita errores por ambigüedad documental.

Revisión periódica y mejora continua

Un procedimiento bien redactado hoy puede quedar obsoleto mañana si no se revisa periódicamente. Para ello:

  • Establece una política clara de revisión (por ejemplo, anual o bianual).
  • Designa responsables de actualizar cada documento.
  • Documenta cada modificación con fecha, autor y justificación.
  • Involucra a los usuarios del proceso para validar mejoras.

Recuerda: un buen procedimiento ISO es aquel que evoluciona con la organización, no el que permanece estático y olvidado en una carpeta.


Conclusión

Documentar procedimientos en un sistema ISO no es solo un requisito normativo, es una herramienta de gestión estratégica. Pero para que sea efectiva, debe hacerse bien: clara, realista, con roles definidos, controlada y alineada con los riesgos y objetivos del sistema.

Evitar los errores comunes —como redactar en exceso, omitir responsabilidades, ignorar el control de versiones o no conectar con la gestión real— puede marcar la diferencia entre un sistema ISO que agrega valor y uno que solo genera burocracia.

Una buena documentación ISO:

  • Guía al personal.
  • Asegura la coherencia operativa.
  • Facilita auditorías.
  • Impulsa la mejora continua.

No se trata de llenar carpetas, sino de construir procesos eficientes y sostenibles con base en información clara y útil.


Preguntas Frecuentes (FAQs)

1. ¿Es obligatorio tener procedimientos documentados en ISO 9001?

Sí, aunque la norma no exige un número específico, sí solicita que se documenten los procesos necesarios para asegurar la eficacia del sistema de gestión. Especialmente aquellos que afectan la conformidad del producto o servicio.

2. ¿Puedo usar diagramas en lugar de texto en mis procedimientos?

Por supuesto. Los diagramas de flujo son altamente recomendados para representar secuencias de actividades de forma visual. Siempre que estén bien explicados, son válidos y muy útiles.

3. ¿Qué pasa si un procedimiento no está actualizado durante una auditoría?

Puede generarse una no conformidad, especialmente si se detecta que se están utilizando versiones obsoletas o que el documento no refleja la operación actual.

4. ¿Quién debe aprobar los procedimientos?

Depende de la estructura organizativa, pero lo ideal es que sean aprobados por un responsable jerárquico del proceso o por la persona a cargo del sistema de gestión de calidad.

5. ¿Debo guardar los procedimientos impresos o pueden estar solo en formato digital?

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